martes, 24 de abril de 2012

Simple Minds - New Gold Dream (81/82/83/84) (1982)


Antes de empezar a surcar los siete mares de la música, obviamente escuchaba lo mismo que mis padres. Lo que, por suerte o por desgracia, me hizo coger mucho cariño a bandas pop de los ochenta, en la onda de Spandau Ballet, Human League o Culture Club. Y aunque a muchas de ellas ya sólo las pueda soportar en pequeñas dosis, otras se han mantenido en la cumbre. Simple Minds es una de ellas.

Pasé muchos años creyendo que sólo tenían dos canciones ("Alive & Kicking" y "(Don't You) Forget About Me"), pero poco a poco comencé a descubrir este disco: primero un tema, después otro, hasta que prácticamente todos se han convertido en clásicos para mí.

Con la sofisticación de los new-romantics, el toque siniestro del post-punk y la influencia de Roxy Music (notoria sobre todo en sus primeros trabajos), Simple Minds es una de las grandes bandas de pop de la década. En el centro de este grupo escocés se encuentran el cantante Jim Kerr y el guitarrista "atmosférico" Charlie Burchill, que junto con los teclados de Mick MacNeil y el bajo de Derek Forbes contribuyen a crear un ambiente especial en el álbum.

El tema inicial se ha convertido en uno de mis favoritos de todos los tiempos: "Someone Somewhere in Summertime" no es fácil de describir. Hay un aura mística (lamento haber utilizado estas dos últimas palabras, aunque tampoco hay forma mejor de decirlo) que rodea al tema, sobre todo gracias a los teclados y al sencillo punteo de Burchill. El estribillo es catártico: Kerr está monumental, pese a que solo diga las cuatro palabras del título, y los ecos rellenan el poco espacio sobrante.

Porque instrumentalmente es un álbum muy denso: hay capas y capas de sonidos de sintetizador, lo que sumado a la ágil intervención de Forbes y al reverb de Burchill hace que escucharlo sea una experiencia casi mágica. Todo se da cita en "Colours Fly and Catherine Wheel", donde lo más destacable puede ser precisamente ese bajo saltarín tan funky.

Ya solo el comienzo de "Promised You a Miracle" es un toque de atención. Siendo la canción alegre del disco, cumple perfectamente su papel, con las voces susurradas de Kerr, diciéndonos que "todo es posible". Otro clásico y el primer single del álbum, además de un punto álgido en la carrera de la banda.

Todos los miembros de Simple Minds son excelentes músicos: en "Big Sleep" tenemos ese riff de teclado tan hipnótico, el bajo de Forbes dando sus ritmos complejos y Burchill cumpliendo la función de creador de ambientes (me sorprendería mucho que The Edge no hubiera basado su famoso estilo en el de Burchill, o que hubieran por lo menos intercambiado ideas). Burchill es mucho más escueto, más minimalista, toca las notas precisas para dar el efecto deseado, y nunca se come la canción. Para eso está Kerr, un vocalista muy teatral y muy bueno, por supuesto.

"Somebody Up There Likes You" podría haber sido cualquier canción del disco. Si cogiéramos otro tema y le quitáramos las voces, resultaría igual de atractivo. Pero no tener la presencia de Kerr le quita capacidad para interesar, así que es probablemente mi corte menos favorito. Sin embargo, merece la pena comentar los ritmos electrónicos de Mike Ogletree en este caso (la banda no tenía en ese momento batería, y más tarde fichó a Mel Gaynor, que toca en la mayoría de canciones del álbum).

La caballería pesada viene con el tema que da título al álbum, y que por supuesto no voy a nombrar porque tiene demasiados números. Aquí la estrella vuelve a ser MacNeil, ya que Burchill se hace casi indistinguible. El estribillo vuelve a ser memorable, con Kerr gritando: "81, 82, 83, 84!". Vaya, al final he puesto los números.

De forma semejante a "Promised You a Miracle", "Glittering Prize" es otro momento happy que empieza directamente con el estribillo. Y ahora que escucho todo el disco detenidamente, Derek Forbes es un bajista totalmente genial. Aquí tenemos líneas que son casi de guitarra: nunca se limita a dar el ritmo simplemente. Mi parte preferida: "always came a time, time was on our side/we were spending time, we were staring out".

Más oscura es la penúltima canción: "Hunter and the Hunted". Aquí Burchill está algo más presente con algunos punteos de fondo, y Kerr vuelve a los susurros de otras canciones. Además, tiene un gran solo de teclado cortesía del mito del jazz-funk Herbie Hancock.

El tema final, "King is White and in the Crowd", es además épico: dura más de siete minutos y es similar al anterior en cuanto a que es siniestro y obsesivo. Es básicamente un largo crescendo, donde la banda lo da todo y que incluye unas cuantas letras algo crípticas: "Lovers run camp Africa/Bars in town are civilised/She puts on the film of him/King is white and in the crowd". Ni idea.

En resumidas cuentas, este probablemente sea mi disco preferido de la década de los ochenta. Y puedo decir que he profundizado bastante en dicha década.

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LO MEJOR: Eh... ¿Todo?

LO PEOR: Posiblemente el instrumental, pero no se hace largo ni pesado.

VALORACIÓN: 10/10.

NOTA ACTUALIZADA 2017: 24/30

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VÍDEOS

Someone Somewhere in Summertime
Promised You A Miracle
Glittering Prize
New Gold Dream

Moctezuma

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4 comentarios:

  1. Creo que hace tiempo que no leía una crítica sobre nada tan cojonuda. Ni tuya ni de nadie. Le echaré un ojo al disco y te diré qué me parece ;)

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  2. Muy buen comentario amigo, como reseña decir, lo bien que suena las dos baterias tocando al mismo tiempo en "Hunter and the Hunted". Escuchala bien ese tema y lo notaras, (quizas lo notes mas con los auriculares), creo que son, (hablo de memoria), Mel y Mike. Simplemente genial
    Andrés

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  3. coincido totalmente es un disco genial

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  4. Esta es, probablemente, la mejor crítica de un disco de Simple Minds que he leído nunca, y he leído (y escrito) unas cuantas. Bien razonada y documentada, algo, por desgracia, no muy frecuente en España. Mi más sincera enhorabuena.

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