martes, 28 de marzo de 2017

Anochecer en Waterloo: ¿Quién mató al rock?

Figura 1.1. Persona equivocada.

Si nos imaginamos al tipo de persona que diría, sin un rastro de sarcasmo en sus palabras, que "la música de hoy en día es una mierda, son sólo voces con mogollón de efectos y las escribe un ordenador", pensaremos en posiblemente un hombre, de una edad de entre 20 y 250 años, con barba descuidada y tal vez una camiseta de los Red Hot Chili Peppers, la del asterisco rojo seguramente (que se ha vendido mejor que cualquiera de sus últimos discos, estoy convencido). Esta persona, que está por todas partes en Internet y en la vida real, al parecer ha descubierto un secreto que las multinacionales musicales del mundo han intentado ocultar durante generaciones, y es que las inteligencias artificiales son ya capaces de reemplazar a un ser humano y engañar a millones de incautos. Casualmente, si sustituyéramos a esta persona por un ordenador (un Commodore 64 bastaría), nadie se daría cuenta tampoco.

Y no nos equivoquemos: el rock ha muerto. C'est fini. Kaputt. Etcétera, etcétera. El argumento con el que algunos soñadores contestarían es que "noooo, no ha muerto, sigue por ahí lo que pasa es que está ESCONDIDO". A lo que yo digo que muy bien, pero también hay gente haciendo rockabilly, doo-wop o música juglaresca con virtualmente la misma repercusión, y considero esos tres géneros igual de difuntos.

lunes, 27 de marzo de 2017

Anochecer en Waterloo: El barco de Teseo en la música popular

Esta iba a ser mi tesis doctoral pero he decidido publicarla aquí porque merece ser leída por las muchedumbres.

Teseo era un guerrero ateniense, cuando lo de ser guerrero era una salida profesional viable porque había minotauros que matar, entre otras cosas. Dada la naturaleza de los dioses olímpicos, tan propensos a inmiscuirse en los asuntos humanos, sus aventuras se veían a menudo obstaculizadas por la intervención de un Zeus irascible o un Poseidón pasado de rosca.

Esto hacía que el barco de Teseo, una obra de ingeniería intachable de varios kilómetros de eslora para almacenar las cabezas de todas las bestias a las que extinguía él sólo, necesitara de más de una sesión de chapa y pintura de vez en cuando. Si el dios del trueno ocasionaba una tormenta que llevaba a la nave contra las rocas, había que arreglar el estropicio. Por eso Teseo era poseedor del carnet VIP de varios astilleros de las costas griegas, que le hacían descuento y le venía muy bien. Los dioses seguirían siendo responsables de calamidades hasta la llegada del cristianismo, cuando se decidió que el Todopoderoso sería el causante únicamente de todo lo bueno del mundo, siendo lo malo culpa de aquellas personas que o bien viven en pecado o bien no rezan lo suficiente. Pero me desvío del tema.