domingo, 3 de diciembre de 2017

Rockrítico Weekly: Discharge + Die Antwoord + Fripp & Eno

DISCHARGE - HEAR NOTHING SEE NOTHING SAY NOTHING (1982)




Discharge fueron una de esas bandas increíblemente influyentes, que tomaron el punk anti-todo de los Sex Pistols y lo llevaron un par de pasos más allá, tendiendo un puente entre ese género y otras corrientes más extremas como el hardcore o incluso el thrash (sin olvidar a su propio subgénero, el "d-beat", caracterizado por ese ritmo omnipresente: "tum-tutum-tutum"). Hear Nothing See Nothing Say Nothing son veintisiete minutos de tralla pura que abren con el tema de título. Como unos Motörhead punkarras, en minuto y medio se suceden riffs demoníacos, un solo de guitarra vertiginoso y los gritos desaforados del cantante Cal Morris.

Es difícil hablar del disco, porque la variedad no es precisamente su fuerte: "The Nightmare Continues" sigue esencialmente la misma estructura. Los riffs que se utilizan en este álbum son, sin duda, increíbles: parece que hayan purificado la esencia de la agresividad musical y luego condensado en secuencias de tres acordes (o cuatro, cuando se ponen en plan Pink Floyd). Así me suena "Protest and Survive", o "A Hell on Earth" (que es más Motörheadiana que la media, incluso). El disco avanza más deprisa que yo escribiendo sobre él, y no levanta el pie del acelerador ni un segundo: incluso "Cries of Help", que con sus tres minutos de duración es prácticamente una suite progresiva, es absolutamente arrolladora (con un dramático final sacado de un documental bélico). No es difícil darse cuenta de porqué este disco es tan importante, así que seguidores de metal que podáis no conocerlo, no sé qué estáis haciendo. Lo que es yo... bueno, ya me conocéis.

VALORACIÓN: 6.5

GÉNERO: Anarcopunk anfetamínico.


DIE ANTWOORD - TEN$ION (2012)




Que Die Antwoord encajen en este mundo fuera de su extraño contexto de poligoneros sudafricanos es poco menos que un milagro. Es una cosa que nadie sabe explicar, como las reglas del críquet o el final de 2001: Odisea en el Espacio, pero sea como fuere, Die Antwoord son estrellas internacionales. Ninja, el rapero pastillero, y Yolandi, una especie de roedor albino que nos deleita con su rareza en la carátula, han llevado su particular sello hasta el cine, con Chappie, dirigida por nada menos que Neill Blomkamp. Pero basta de introducciones, porque Ten$ion dice más de lo que puedo decir yo sobre esta panda. El disco es una colección subversiva de temas con horribles sketches de vez en cuando, y si la voz y el acento distintivos de Ninja y Yolandi no son plato de tu gusto, las letras no te van a hacer cambiar de opinión (que tampoco se entienden a primera vista), cuando no son directamente objetables.

Dicho esto, "I Fink U Freeky" es un temazo, la mejor muestra del hip house físico que nos pueden ofrecer estos tipos: el momento en el que se para el mundo para que Ninja escupa su estrofa ("hoooooold up wohwohwoh wait a minute minute minute Jesus Christ"), más y más deprisa, es uno de mis favoritos ya no del disco, si no de la música pop EN SU CONJUNTO. Y él te dice que saltes, y tú saltas. Pero nada más se aproxima, ni lejanamente, a estas cotas de grandeza. "Hey Sexy" se aleja de las pistas de baile para ofrecernos una base algo más étnica y una Yolandi con mucha mala leche preguntando dónde está su café. A las discotecas vuelven con la insistente "Fatty Boom Boom", que podría estar en un FIFA si no fuera tan soez. "So What?" es más o menos gangsta californiano, pero en Ciudad del Cabo; "Baby's on Fire" lo más próximo que tenemos a "I Fink U Freeky", pero aquí se nota que los diamantes son falsos, aunque esos teclados trance casi la rescatan. En resumidas cuentas, las aportaciones culturales de Die Antwoord, incluídos sus videoclips, pueden ser bastante interesantes, pero musicalmente no dan demasiado de sí. Mi nota personal les da un poco de bonus, en parte por "I Fink U Freeky" y en parte por la referencia a "I Think We're Alone Now" en la por lo demás horrorosa a muchos niveles "U Make a Ninja Wanna F***".

VALORACIÓN: 4.5 ¡Primer álbum suspenso de la vida!

GÉNERO: Rap-rave sudafricano.


FRIPP & ENO - (NO PUSSYFOOTING) (1973)




Robert Fripp, el visionario guitarrista detrás de los atrevidos experimentos sónicos de King Crimson. Brian Eno, el pionero del ambient que dio forma a incontables géneros y ayudó a Roxy Music, David Bowie o Talking Heads a encontrar nuevos horizontes. Juntos por primera vez en una combinación soñada. Y si ambas luminarias hubieran hecho un disco de rock vanguardista, estaríamos hablando de una maravilla asegurada... pero en 1973, ambos estaban ya haciendo ese tipo de álbumes, así que al unirse decidieron dar rienda suelta a inquietudes menos obvias.

En el disco hay dos piezas, de extensa longitud, que exploran nuevos territorios que incluyeron innovaciones en la grabación y en la posterior manipulación de dichas grabaciones. "The Heavenly Music Corporation" da comienzo con un zumbido como la bocina de un barco carguero (en mi casa pensaban que pasaba un avión) que comienza a tomar forma con pretensiones muy minimalistas, con dispersas notas de la guitarra de Fripp añadiéndose a la armonía y formando una estructura en capas. En 21 minutos este paisaje monótono, como de raga indio, evoluciona a su ritmo, sin abandonar esos ingredientes esenciales. "Swastika Girls", con su título poco halagüeño, suena más a tiovivo, con un arpeggio muy de ciencia-ficción que interpreta un sintetizador y una guitarra a la que luego se unen de nuevo los fraseos y el tono distorsionado tan propio de Robert Fripp. Dados los nombres involucrados, uno podría sentirse decepcionado, pero el pensamiento progresivo de estas dos figuras es más que evidente en este álbum.

VALORACIÓN: 6

GÉNERO: Loops ambientales con guitarra improvisada.

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