domingo, 15 de julio de 2018

Iron Maiden: el legado de la bestia sigue vivo. Wanda Metropolitano 14/07/18

Un cómic y un juego son las excusas perfectas de hacer una gira y petarlo

Se prometía que el concierto de Iron Maiden iba a ser histórico. Vale, se abusa mucho por parte del periodismo esa palabra. Pero pocas veces se ha engalanado tanto España para recibir a la Doncella de Hierro. Uno iba sabiendo que en el Wanda Metropolitano iba a ser el recinto de un gran espectáculo. Y un servidor ya es un veterano de shows de los británicos que ha vivido el hype del primer concierto y un épico segundo. Mi trilogía personal con Maiden se cierra con un concierto apoteósico, de los que marcan y no se olvidan, superando ampliamente a los anteriores.

Uno ha aprendido mucho hoy. Lo primero es que se hace mayor. Verme con el pelo largo a estas alturas (me lo deje crecer cuando Cristiano Ronaldo fichó por el Madrid y el luso ya está por Italia) no lo disimula. Pero aún puedo resistir horas al sol con alguna quemadura, un dolor que me impide girar el cuello y una rodilla quejándose. Pero eso es signo de un gran concierto y todavía uno no es carne de grada. La espera en las horas de la cola se soporta con cerveza, la compañía de Salva, el redactor fantasma de este blog que ya no vemos salvo para cargarse a Tongo en el Hall of Fame, y una bandera gigante del Atlético de Madrid que evoca el recuerdo de un palo de Juanfran y un gol de Ramos en el 93. La promesa de Maiden es suficiente para sobrevivir y recibir un gran premio: estar a poca distancia del escenario para poder disfrutar el espectáculo como se merece.

miércoles, 6 de junio de 2018

Judas Priest - Screaming for Vengance (1982)


Cuando Iron Maiden se consolidó como la gran banda del momento con The Number Of The Beast, Judas Priest llevaba ya mucho tiempo picando piedra. Posiblemente sin Judas, Maiden no hubiera encontrado un contexto tan favorable para su explosión. La historia de Judas Priest nos muestra como una banda trata con el tiempo de encontrar su propio estilo, evolucionar, convivir con una situación poco propicia para su estilo y cruzarse toda Gran Bretaña en concierto en concierto hasta encontrar su momento y finalmente convertirse en pioneros tanto en cuestiones musicales como estéticas de todo un género. En 1980 llegó su gran triunfo comercial con su mítico British Steel en el que al ritmo de “Breaking The Law” y otros himnos metaleros dio comienzo a una etapa de de gran éxito y reconocimiento por la crítica y el público.

Un año después publicaron Point of Entry - enfocado sobre todo al mercado estadounidense - que siguió la senda de éxito de su predecesor, aunque no llega a su calidad. Ya instalados en el mainstream, Judas Priest sentía que era una nueva época tanto para la escena musical como para la banda. El cantante Rob Halford proclamó sin complejos: “Es una nueva generación, es una nueva década”. Era su momento, y su siguiente trabajo, Screaming for Vengance, fue una declaración total de intenciones, reivindicándose a ellos mismos, a todo un género musical y a sus seguidores.

viernes, 2 de marzo de 2018

10 artistas españoles (y sus equivalentes internacionales)

Este artículo es basura y merece ser tratado con el mayor de los desdenes.

Sin embargo, me apetecía escribirlo. Una conversación con un amigo dio como resultado esta pequeña lista, que en tono mayormente jocoso, demuestra que la música nacional tiene poco que envidiarle al mundo en general. Al fin y al cabo, quién puede negar que...

10. La Oreja de Van Gogh son nuestros No Doubt



Unos son vascos melancólicos, otros coloridos amantes del ska. Pero si San Sebastián estuviera en California, serían exactamente iguales.

jueves, 18 de enero de 2018

Avenged Sevenfold - City of Evil (2005)



En los inicios del siglo XXI el metalcore se puso de moda en la juventud próxima al metal mientras los fans más clásicos quedaban horrorizados y clamaron al cielo. Fue cuando surgieron bandas como Trivium, Bullet For My Valentine y, quizá la que mejor ha madurado de todas ellas, Avenged Sevenfold. Avenged surgió de unos amigos de instituto que se pusieron nombres guays como el cantante M. Shadows, el batería The Rev o el guitarrista Zacky Vengeance. Pronto se fueron sumando al grupo otros apodos guays como el bajista Johnny Christ o el guitarrista Synyster Gates. Estos chicos se convirtieron en solo dos discos en los referentes del metalcore y por el camino ganaron adeptos y haters.

Sin embargo, con su tercer disco City of Evil decidieron dar un cambio de estilo a su sonido para volver a un heavy metal más clásico y una forma de cantar más limpia, eliminando  el uso de gritos que tanto les había caracterizado en el álbum anterior: Waking the Fallen. Su intención era ser más melódicos y más fieles a las bandas que más les habían influido como Gun's Roses, Iron Maiden o Pantera. El resultado fue un gran éxito comercial y también contaron con la aprobación de la crítica. Avenged pasó del denostado metalcore y se abrió al heavy más clásico, convirtiéndose en una de las bandas que más seguidores reclutaba en los institutos.